Alabanzas van y vienen. Los adjetivos calificativos acaparan
las primeras planas de los medios deportivos. ¿La razón? Bueno, dos de nuestros
paisanos están viviendo un momento inigualable, que se está escribiendo con
letras doradas en los libros de historia del beisbol en los Estados Unidos.
Miguel Cabrera y Félix Hernández, cada uno desde su espectro
de acción, han recorrido un camino muy provechoso a la hora de jugar beisbol en
las Grandes Ligas.
Los números ofensivos de Cabrera siguen sorprendiendo a
todos. Triple Corona en 2012, dos Premiso MVP seguidos (2012, 2013), tres
títulos de bateo seguidos (2011, 2012, 2013), promedio ofensivo vitalicio de
.320 hasta la fecha, y 400 jonrones en hasta ahora 13 años de actividad.
Pero esos 400 bambinazos son una marca bastante particular y
especial.
Las cuatro centenas de estacazos ponen al maracayero como el
nuevo dueño de la marca para un venezolano en el Big Show, dejando atrás los
399 del caraqueño Andrés Galarraga, otrora referente de poder nacido en
Chapellín.
Y los que le faltan, porque con 32 años (y siempre y cuando
en la Liga Nacional
aprueben el bateador designado) ahora es que le queda carrera a Miguel Cabrera.
Por otro lado, las hazañas de Félix Hernández no paran de
asombrar. Es increíble que, a sus 29 años y 11 años de carrera, ya haya
alcanzado los 2000 ponches. Esta cifra también quebró otra marca importante: la
de Johan Santana, con 1988 abanicados. Sin dejar de recordar el juego perfecto
que lanzó ante Tampa Bay en 2012.

Ambos criollos son las máximas luminarias en sus equipos. No
cabe duda del liderazgo que imprimen cada vez que se presentan al bate o sobre
la lomita.
Mientras el slugger sigue su rumbo descollante batazo tras
batazo (cerca de marcas importantes como las 1500 remolcadas, los 2500 hits y
los 1000 extrabases), el serpentinero podría convertirse en el pelotero mejor
pagado en la historia del deporte, y sumando más records (cerca de 150
victorias y 2500 innings lanzados).
El futuro parece cada vez más prometedor.